REFLEXIÓN DE MI PRÁCTICA DOCENTE.
Al inicio del curso escolar y de mi servicio
empecé con una mentalidad diferente a la que ya ahora tengo.
En realidad casi no tengo un buen manejo del
tiempo con las actividades, a veces se lleva un poco más de tiempo o de lo
contrario no llevo una organización adecuada para cada actividad, ya sea por
interrupciones ajenas al salón de clases o los mismos alumnos hacen que no se
lleve el tiempo adecuado.
Mediante las prácticas que tuve y hasta ahora
puedo decir que di un paso más en mi carrera profesional.
Reforcé el buen manejo del tiempo durante la
jornada del trabajo, me sirvió mucho la autoevaluación, coevaluación y la
heteroevaluación, durante este periodo, ya que pude valorar y reflexionar sobre
el proceso de lo que pasó durante la práctica docente, esto me permitió mejores
resultados e ir adquiriendo mayor experiencia. En realidad los resultados
fueron muy satisfactorios y puedo decir que me sirvió de mucho para ir
aprendiendo del ser docente.
Referente a mi ética profesional, soy
reflexiva, y analítica porque no me quedo con la opinión que den los demás,
respondo y atiendo a los problemas que se presente en cualquier momento, así
como la resolución de los mismos. También tengo esa autocritica para saber
cuáles son mis defectos, errores y prepararme para no volver a cometerlos e ir
madurando en mi aspecto profesional.
Las acciones que realizo con frecuencia como
un docente-evaluador en mi práctica docente, son: la organización y
planificación de mi trabajo, el desarrollo de investigación para recolectar
evidencias, la definición de los criterios de evaluación que aplico, los
resultados de las evaluaciones que utilizó para reforzar la práctica.
Al concluir mi carrera como docente, me pongo a pensar en todo lo
que he logrado y aún me falta por lograr durante mi vida de docente, es una
satisfacción muy grata porque no pensé llegar hasta donde lo estoy ahora. Puedo
decir que mi perspectiva cambió a la que tenía al iniciar esta carrera
profesional.
ESCUELAS NORMALES.
Las escuelas normales no deben dejar de
existir, sino al contrario, se debe fortalecer al normalismo. El mejor lugar
para formar a los docentes del presente y futuro es en las escuelas normales.
Las escuelas normales son las instituciones
formadoras de docentes, ahí es donde se adquieren las bases para poder
socializar con las personas que afrontan problemas en los que se pueden encontrar al momento que
un docente ingrese a la comunidad, hay comunidades muy marginadas en donde los
problemas son muy difíciles y grandes, pero no imposibles para atender.
Adquieren no solo la teoría si no que lo llevan a la práctica desde los inicios
de su carrera.
Conocen la realidad de la sociedad ya que
tienen que implementar estrategias, adecuar sus clases a las necesidades de los
alumnos, a las dificultades que vayan presentando (niños con NEE, aprendizajes
diferenciados, familias disfuncionales que impide a los niños sobresalir.)
La
escuela viene a integrar al niño al mundo de la sociedad donde él va a ir
descubriendo lo que le rodea y para ello necesita de un buen docente
normalista.
La buena educación para un alumno se obtiene
del buen aprendizaje del docente quien esté preparada en todo sentido, debemos
tener claro que un buen profesor debe tener una formación desde el nivel
básico, el profesional y de ahí es interminable su formación porque debe de
estar en constante actualización, es el que debe tener una conciencia y un
compromiso social, con ello será capaz de enfrentar e integrarse a la sociedad
interactuando con ellos, así es como él puede aprender más sobre los alumnos
quienes el docente tiene en claro que son lo principal en un aula de estudios,
conociendo sus objetivos de docente que es enseñar a sus alumnos a tener la
capacidad de integrar a la sociedad y al mundo que los rodea.
Un normalista sale tan bien preparado por
todo lo que tiene que pasar durante su formación, eso le da cimientos para ir
alcanzando lo que se proponga.
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